Si hay algo de lo que estoy segura que tengo conocimiento en mi
vida… es de los sindicatos…esas organizaciones donde miles de trabajadores en
Chile ponen ciegamente su fe, casi como en la religión los cristianos.
Pero ¿Valen la pena?, en mi opinión personal y en una experiencia
demasiado cercana, creo que yo no participaría de un sindicato, ni como socio,
ni menos como dirigentes, son dos cosas demasiado ingratas como para vivirlas.
Cuando conocí por primera vez un sindicato, tenía así como los
trabajadores, esa fe ciega y estaba llena de emociones, por los que yo
consideraba personas que se merecían toda mi admiración, aunque con el tiempo
me di cuenta que los dirigentes no son más que personas, comunes y corrientes
con defectos y virtudes.
También me fui dando cuenta que son las mismas personas (Trabajadores)
las que vician los sindicatos, los dirigentes por acostumbrase a ese “status”
de Dirigentes y los trabajadores por ser tan desagradecidos, mala leche y
buenos para criticar y apuntar con el dedo, pero a la hora de hacer las cosas,
como buenos chilenos se cagan todos y se olvidan de cuantas veces reclamaron,
metiendo la cabeza en la tierra como los avestruces.
Realmente muchas veces me pregunte que tan beneficio era tener un
sindicato en una empresa, por lo general con el tiempo los dirigentes pierden
el norte, se vuelven viejos, poco aperrados y ya para lo único que están es
para no soltar el cargo a personas con ideas nuevas. Creo que los sindicatos
deberían ser entidades temporales y esto lo digo aunque se contradiga totalmente
de mis ideales políticos, pero para saberlo deben vivirlo, es lo único que
puedo decir y no lo digo por un sindicato, lo digo por que conozco muchos y
tarde o temprano todos funcionan igual, un montón de “amarillos” que están 20
años en los cargos. La mejor prueba la CUT, una organización que debería dar el
ejemplo y demostrar una lucha real por los derechos de los trabajadores y al
día de hoy…. Solo soluciones parches y siempre el Sr. Arturo Martínez sacándose
fotitos de la manito… con el Gobierno de turno… Un sindicato con el tiempo se
vuelve un mini - gobierno con los mismos
políticos de siempre, en distinto orden no mas.
Los sindicatos así como la iglesia, son cosas en las que yo por lo
menos perdí la fe hace mucho tiempo, creí mucho tiempo, admiré su labor, su
actuar, pero los años me demuestran que no hay nada mas feo que un grupo de
personas poco consecuentes queriendo dar el ejemplo. Si puedo decir que creo en
los trabajadores, en su real lealtad, en la gente y en la unión admirable que
puede resultar de eso.
Que puedo rescatar, conoces gente hermosa, buena de corazón,
leales, aprendes demasiado, la gente se encariña con lo que eres… vives
momentos increíbles, buenos y malos y las sonrisas siempre están a al orden del
día.
Afectuosamente,
Yop!